Estuve el miércoles en la casa de una amiga en el Centro Poblado Santa Elena quienes mi invitaron a tomar desayuno.
Estas visitas, me permiten conversar y conocer a las personas y así interiorizar los problemas bajo una perspectiva personal.
Sin embargo, al ver a muchos niños viviendo en las condiciones precarias, donde el frío calaba los huesos y sin oportunidades ni ayuda de nadie, solo me preguntaba donde estamos todos para no darnos cuenta de que el verdadero infierno lo construimos todos.
La política no puede ser una fábrica que produce personas con intereses mezquinos, crecí educado pensando y sintiendo por mi prójimo y cuando veo tanta indiferencia a las necesidades urgentes de la población, me golpea el alma porque a pesar de querer hacer todo por ayudarlos, me siento impotente de no poder hacerlo.
De solo estar, en la comodidad de mi casa, en las cuatro paredes de mi habitación, el frío que uno siente en esas condiciones; me imagino el sufrimiento de esos niños, de esas familias donde en las noches de frío los asesina lentamente sin que exista protección alguna, ya que sus viviendas de esterilla no pueden darle el calor que necesitan. Y a pesar de ello, se levantan cada día con la sonrisa en los labios para seguir viviendo con la alegría de su Inocencia de niños.
UN PEDIDO AL ALCALDE DE SUPE
Que deje de hacer gestión de Figuretis, lleven ayuda a los que de verdad lo necesitan. Tómense todas las fotos que quieran, pero lleven abrigo a los niños de Supe, que lo necesitan ahora, no mañana.
Ante este frió, debe pedir el inventario de casas con esterillas de todo el distrito de Supe y sobre ello salir a Comprar Abrigo para todos ellos.
Tienen Plata para malgastarlos en Asesores, oficinistas, especialistas y choferes para secretaria de alcaldía, que la Municipalidad de Supe no los necesita.
Dediquen esa Plata para comprar abrigo para esos niños y alégrenles las noches de frío; hagan que el calor del gobierno local esté cerca de ellos.
EN LO PERSONAL
Para mi, en estas etapas donde la impotencia me bajonea, siempre el recuerdo de mi madre Nicida, me hace tomar fuerzas y buscar cómo podemos cambiar las cosas.
Recuerdo que la noche que mi madre Nicida falleció me hundí en la oscuridad, no podía encontrar la salida hasta que un buen amigo mío me recordó el espíritu de mi madre.
Mama Nicida y todos los que la conocieron, sabían que ella adoraba los atardeceres, siempre nos decía que le encantaba porque le recordaba que no vivímos en una completa oscuridad, porqué el sol sale siempre otra vez y deberíamos estar agradecidos por ello.
Hoy, con mis amigos, siempre trato de estar siempre mirando el atardecer, por que ella también decía que cuando la extrañen siempre miren al atardecer, porque en algún lugar siempre la estaría viendo.
Antes de escribir esto, mi amiga Mayita, me hizo sentir que si yo hubiera sido el alcalde estaba segura que está pena e impotencia que sentía por los niños hoy con frío, no la sentiría, porque ellos si tendrían el abrigo que necesitaban.
Solo digo, Dios escribe todo nuestro destino, siempre seguiré intentando que la política esté al servicio de los que más lo necesitan, me enseñaron y viví bajo el ejemplo de Dar, creo que con perseverancia llegará el Día de ver más NIÑOS FELICES Y ADULTOS MAYORES CON NUEVOS SUEÑOS.
No esperes que ellos te busquen, SAL A SU ENCUENTRO.
